Las universidades fabricando millonarios

Según un ranking publicado por la revista Forbes, de los 469 norteamericanos más ricos del mundo, 50 recibieron un título en Harvard. Un recorrido por las universidades productoras de millonarios. Desde el fundador de Nike hasta los creadores de Google. 


Si bien las probabilidades resultan poco alentadoras, hay motivos de sobra para querer recibir una carta de admisión en la Universidad de Harvard. Según las cifras, la casa de estudios figura como una de las mejores de los Estados Unidos. Con un presupuesto de 35 mil millones de dólares, la universidad se convierte en uno de los centros con mejores financias del país. Y hay algo más interesante aún: los egresados de Harvard poseen mayores posibilidades de transformarse en millonarios que los de otras universidades. 

Según la reciente lista publicada por la revista Forbes, de los 469 norteamericanos más ricos del mundo, cincuenta recibieron, al menos, un título de Harvard. Este colegio ha producido veinte millonarios más que la universidad que aparece en el segundo puesto del listado, Stanford. 

Los estudiantes millonarios de Harvard conforman un grupo de profesionales destacables, entre ellos, el presidente de Microsoft, Steve Ballmer el intendente de Nueva York, Michael Bloomberg y el magnate de los medios de comunicación, Summer Redstone. 

Las universidades millonarias 

La Universidad de Standford se encuentra en el número dos de la lista, pero aún así puede presumir de haber lanzado al mundo treinta millonarios, como el cofundador de Nike, Philip Knighy y el gigante pionero del negocio de descuento en inversiones en bolsa, Charles Schwab. 

De hecho, la universidad ubicada en California, que tantos hombres de negocios exitosos ha generado, fue fundada por uno de ellos: el magnate ferroviario Leland Stanford que decidió crear una casa de estudios en memoria de su hijo único, que había muerto de fiebre tifoidea. Con la ayuda de donaciones económicas y de tierra considerables, Stanford se inauguró en 1891. 

En el tercer puesto aparece la Universidad de Pennsylvania con veintisiete graduados millonarios. Uno de los egresados de esta institución es el pez gordo de los negocios inmobiliarios, Donald Trump. 

Dentro de los cinco mejores colegios se encuentran también Yale con diecinueve graduados y Columbia con quince que han logrado grandes fortunas. De los centros del sur de los Estados Unidos, la mejor posicionada es Duke, que cuenta con ocho egresados en excelentes condiciones económicas. 

Con una posición más dudosa, aparece la distinción de la Universidad de Nueva York, que tuvo cinco alumnos que abandonaron el centro y se convirtieron, años después, en millonarios. Es el caso de Carl Icahn que, después de obtener el título de Filosofía por la Universidad de Princeton, se matriculó en la Escuela de Medicina de la NYU, pero aburrido por la cantidad de material que debía estudiar, decidió convertirse en corredor de bolsa. 

El cambio vocacional resultó provechoso, el nativo del barrio neoyorquino de Queens es la persona número cuarenta y seis más rica del planeta con una fortuna de 14 mil millones de dólares. Y podría llegar a anotarse más de 300 mil si impulsa a Yahoo! a reconsiderar su venta a Microsoft. 

Un número pequeño de colegios es responsable de la educación de un porcentaje desproporcionado de millonarios. Sólo veinte universidades constituyen el 52% del total de licenciados millonarios, mientras que 182 centros son los generadores del resto. 

Las variables de la fortuna 

Ahora bien, ¿qué variables determinan que ciertos colegios sean fábricas de millonarios? En principio, ofrecen una educación de excelencia y relaciones con personas que, en numerosas ocasiones, suponen un pasaje para ingresar en la red de contactos de los old-boys, que todavía existen. 

En el caso de algunos programas, como las escuelas de negocios, existen mayores probabilidades de producir asalariados de supernivel. Por ejemplo, de los veintisiete graduados de la Universidad de Pennsylvania, veinte asistieron a su prestigiosa Wharton Business School. 

Los programas consolidados relacionados con el desarrollo de nuevas tecnologías también resultan importantes. Sergey Brin y Larry Page se conocieron en el programa de Informática de Stanford. Hoy, son los fundadores de Google con 19 mil millones de dólares cada uno. 

Otra variable es la selectividad. Cada otoño las universidades se ven desbordadas de solicitudes. En el caso de las casas de estudio productoras de millonarios, el índice de aceptación se encuentra por debajo del 30%. Este porcentaje mínimo asegura que las aulas estén conformadas sólo por personas inteligentes. Los CV de la mayoría de los alumnos muestran indicios de que obtendrán gran éxito en el futuro. 

El conocido millonario Patrick McGovern se destacó en su adolescencia cuando fabricó una computadora imbatible en el juego del tateti, una proeza extraordinaria en la década de 1950. El MIT le concedió una beca y luego de estudiar en la institución, se lanzó a publicar revistas especializadas dentro del mundo de la computación. Actualmente, su imperio informativo genera una fortuna que asciende a los 4.7 mil millones de dólares. 

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